En el principio...
En el principio, el caos líquido era una masa indiferenciada que representaba la infinidad de lo posible. Era el contenedor de todo lo aparente, lo inestable y el germen de los gérmenes. En él cabían todas las promesas de engrandecimiento, pero también la amenaza de desolación y destrucción de lo establecido.
Sin embargo, la tierra, inerte y vacía, se unió en una forma con el cielo, cubriendo la superficie del abismo. Estas entidades surgieron a partir de la separación de los elementos del magma primitivo, en un intento por alcanzar la individualidad.
Esta falta de procreación en los primeros dioses, la ausencia del verbo "parir" y la utilización del término "surgir", representa la impersonalidad de las fuerzas primigenias.
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