Ciclo

Cólera funesta de un dolor infinito gesta dentro de sí un sol encumbrado, que sale impetuoso cada mañana para convertirse en el ojo benigno del cielo protector omnipotente. Sin embargo, cada noche desempeña el papel de un cuerpo carnal de un astro muerto que desciende al reino de los muertos, llevando consigo a hombres dispuestos a obedecer su mandato, ya sea para salir en expediciones o para enfrentarse violentamente a guerreros enemigos. Si alguno, impulsado por su ánimo, intenta escapar, este sol no duda en asesinarlo. Su luz también guía a las almas a través de regiones infernales y las devuelve al día siguiente, al contacto con la serpiente de la eternidad, arrastrándolas hacia una nueva existencia, representada por el escarabajo, símbolo del Kheper. Es la precisión de la vida.

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