De pueblos ofendidos
Mientras observaba de fondo las profundidades marinas con aquella temprana neblina y el mar espumoso, el embajador egipcio se acercó y se sentó junto al príncipe fenicio, preguntándole:
¿Qué tristeza ha invadido tu ser? No la ocultes en tu interior.
El príncipe fenicio, soltando un profundo suspiro, respondió:
Ya lo sabes, ¿por qué tendría que contártelo si lo sabes todo? La sabiduría ha salido de Egipto para llegar a mi país, nuestro conocimiento no es auténtico ni original, y por lo tanto, no es elevado. Es simplemente una copia de una cultura antigua que es la tuya.
Sus ojos reflejaron la amargura de los pueblos ofendidos por no ser los primeros. El embajador se dio cuenta de su estado, entre la melancolía y la cólera.
Es evidente la influencia egipcia en la sabiduría bíblica, y las máximas egipcias reflejan también la sabiduría ecléctica de nuestro querido Hesíodo... Por eso, la filosofía primitiva de los primeros griegos no puede negar su influencia directa de Egipto, a pesar de las notables convergencias. Desde Orfeo hasta Platón, recurrieron a los sacerdotes egipcios en casi todos los ámbitos del conocimiento. Intentar ocultar toda esta sabiduría en un envoltorio religioso es, sin duda, una forma de violencia simbólica.
Comentarios
Publicar un comentario