La creación conjunta




Los primeros dioses que contemplaron el promontorio oscuro y sigiloso que se convertía en una mesa, a partir de esa idea que surgió de sus labios y se materializó en sus manos, tras una deliberación acerca de la creación divina, comprendieron de inmediato que aquella obra representaba la madurez de sus creaciones, en la cual todos habían puesto su máximo empeño. Al extenderla sobre el suelo, se percataron de que habían concebido algo mucho más grandioso que cualquier otra idea previa. Despedía un aroma a arcilla, aunque en su existencia se entrelazaba la sangre que conformaba su estructura ósea, y a primera vista, su piel parecía recubierta por una coraza de algas y barro. Sin embargo, debajo de esa amalgama ya se insinuaba la idea de la humanidad. Lo llamaron "hombre".

No fue necesario limpiarle el rostro para darse cuenta de que era un ser extraño, divino, dotado de razón y conciencia, pero ajeno a ellos. Bastó con intercambiar miradas para establecer la distancia que los separaba. Aquella noche, todos concentraron sus esfuerzos en la única creación conjunta que habían engendrado hasta ese momento. Le retiraron el barro, desenredaron sus cabellos y eliminaron las esquirlas de hueso que quedaban peligrosamente expuestas en los bordes de su humanidad. A medida que pulían su creación, se percataron de que este ser llevaba la vida con altivez, con un semblante solitario, lo cual hizo surgir sospechas sobre si esa magnífica creación podría resultar contraproducente. Sin embargo, una vez que terminaron de limpiarlo, adquirieron la conciencia de que era algo inmensamente más grande que la fuerza para renegar de él. Lo que contemplaban superaba los límites de su imaginación.

Lo liberaron sin ataduras, en un mundo joven, recién creado. La caída pareció durar la eternidad de un suspiro de cualquier dios presente en aquella asamblea, mientras se observaban unos a otros y se percataron de que su propia existencia se había fragmentado en aquella creación conjunta, y que nunca más volverían a estar completos.

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