Dos formas de vida
Días transcurrían en medio de una acalorada discusión dos campesinos, vestidos con andrajos sudorosos que siempre tenían las espaldas y las axilas empapadas. Conversaban sobre la forma de vida que cada uno había forjado con el tiempo. Kirán vivía a base de mentiras que prodigaba en cada frase, mientras que Hari, temeroso de Brahma y de conciencia estrecha, se esforzaba por vivir con los modestos frutos de su arduo trabajo. Kirán intentaba convencer infructuosamente a Hari de que la vida llena de trucos y engaños era más agradable y dulce, sin preocuparse por ningún delito. Sostenía que vivir de esa manera era más factible y digno. Sin embargo, Hari refutaba su idea argumentando que vivir de forma engañosa no brindaba tranquilidad, ya que tarde o temprano llegaría el castigo. Afirmaba que enfrentar a los Rakshasa no se comparaba con vivir honestamente, incluso si eso significaba padecer la peor de las miserias. Kirán se reía, ya que no creía en historias destinadas a asustar a los niños